En estas fechas navideñas, los españoles gastaremos un 14% más que en el 2019 (según un estudio de Deloitte) y somos el país de la UE que más gastamos guiados por el consumismo y no por las necesidades.

Bajo el nuevo paradigma, es interesante consumir y gestionar nuestras finanzas de manera más consciente, sostenible, realista y menos automática. Es importante apostar por la calidad y no por la cantidad así como preguntarnos lo que realmente es importante y necesario para nosotros.

El gasto consciente en la gestión de nuestras finanzas consiste en:

  1. Pensar en lo que es importante para ti, en tus objetivos vitales y en lo que te hace feliz.
  2. Hacer un presupuesto o analizar en lo que tienes para ver cómo gastas el dinero. También identificar esos pequeños gastos diarios a los que no prestas atención y drenan tu capacidad de ahorro.  Aunque parezca evidente, la regla de oro es no gastar más de lo que ingresas.
  3. Tomar decisiones para enfocar el gasto hacia lo que te gusta y el para qué.

Es muy importante reducir la impulsividad para evitar el pico de gasto consumista, así como tener una visión más a largo término y global enfocada en las necesidades y objetivos familiares/personales.

A nivel social, es recomendable cuestionarse ciertos mensajes publicitarios y decretos capitalistas. Algunos de ellos pueden ser «Serás feliz si posees determinados productos», «Eres bueno en función de la cantidad de regalos recibidos», «No eres importante para nadie si no te han regalado nada», etc. 

Por tanto, consumir no es sinónimo de felicidad.

 

Se ha comprobado en estudios que la felicidad no viene que cosas externas y materiales. Según el psicólogo Martin Selignan afirma que la satisfacción personal y bienestar emocional provienen del disfrute de experiencias y actividades con los nuestros, así como conseguir metas personales siguiendo nuestros valores personales.

 

EL SÍNDROME DEL NIÑO HIPERREGALADO

 

Este síndrome consiste en un conjunto de actitudes y consecuencias emocionales perjudiciales que pueden aparecer en niños que reciben un exceso de regalos. Son niños colmados de regalos y juguetes en determinadas fechas como la Navidad o en sus cumpleaños.

Algunas de las consecuencias negativas que pueden padecer los niños hiperregalados pueden ser:

  • Se promueven conductas caprichosas y egoístas; así como competitivas en su grupo de iguales.
  • No valoran el esfuerzo que ha significado la compra de ese regalo.
  • Debido a la sobreestimulación, disminuye su capacidad de atención y concentración. Se recomienda en estos casos, ir presentando y retirando paulatinamente los diferentes regalos a lo largo de las semanas.
  • Disminuye su capacidad de imaginación y creatividad ante la gran cantidad de estímulos.
  • No se fomenta la capacidad de tolerancia a la frustración ni el valor del esfuerzo propio.

 

Al regalar también estamos educando a nuestros hijos y transmitiendo valores.

Por eso, es importante fijar a 3 o 4 regalos y se recomiendan estas reglas:

  1. Algo que deseen y les ilusione.
  2. Algo educativo (por ejemplo; algo para leer).
  3. Algo para compartir en familia (salidas, actuaciones, viajes, excursiones, museos, etc.)

 

 

Como adultos es importante preguntarnos de forma sincera que se esconde detrás de estos regalos: si nos sentimos mal por trabajar muchas horas, si necesitamos subir nuestra autoestima o ser valorados en función de los regalos, si queremos comprobar nuestra pertenencia al clan familiar, etc.

 

Compruebo a diario en las sesiones terapéuticas que los niños lo que desean es jugar un rato y dedicarles tiempo de calidad; y en los adolescentes, que se les escuche atentamente y mostrar interés real en sus cosas.

 

«Dedicar tiempo, ese sí que es un regalo bonito». Defreds.

 

 

ANNA REMOLÀ NAVARRO

Psicóloga

Núm. col. : 10884